Paseando por Calatañazor, una mañana muy fría y con mucho aire, apenas vimos lugareños, debian estar calentitos en sus casas, sólo nos encontramos con un autobus de excursionistas y un par de perros que nos acompañaron en nuestro paseo. Vimos unas ruinas desoladas, que daba la impresión que el fuerte viento las iba a tirar, algunas casas medio abandonadas y otras recuperadas que ahora sirven de Casas Rurales. Es un pueblo con encanto, invito a todo el que pueda que vaya a visitarlo.
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